COMO LA COPA DE UN PINO

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REAL MADRID 3  MÁLAGA 2

Un samurai fue a visitar a un viejo sabio para plantearle una duda que lo atormentaba. 

- Señor, estoy aquí porque necesito saber si existen el infierno y el paraíso.

- ¿Quien lo pregunta?- contestó el maestro.

- Un guerrero samurai.

- ¿Tú un samurai? - se burló el maestro-. ¿Con esa cara de idiota que tienes?

El guerrero no daba crédito a lo que oía.

- Y además de estúpido eres un cobarde- se mofó de nuevo.

La ira se adueñó del samurai que desenvainó instintivamente su sable.

- ¡Ahora se abren las puertas del infierno! -gritó el anciano.

El guerrero comprendió de súbito la actitud del maestro y guardó su sable avergonzado.

- ¡Ahora se abren las puertas del paraíso! -exclamó de nuevo el anciano.

El Madrid, como el samurai, se paseó por los dos reinos. Pasó toda la noche junto a la puerta del infierno y finalmente, durmió a las puertas del paraíso. Para bien o para mal, muy del Madrid. Un equipo habituado al riesgo, a la soledad del alambre, a la busca del éxtasis perdido. En definitiva, un club a una soga pegado.

Cualquier otro equipo del mundo hubiera desistido esta noche, hubiera arrojado la toalla. Pero el Madrid no puede tirarla, simplemente es que ni tiene. A este club le gustan tanto las remontadas que si no se le presentan, las crea. Y crearla fue justo lo que hizo esta noche. Concedió al Málaga un 0-2 en el Bernabéu y le dio 70 min. de ventaja. Así la paradoja del fútbol hizo que dos goles de córner pusieran a los hombres de Pellegrini por delante cuando este los había mandado para atrás. Una primera parte para olvidar.

Mourinho sacó el látigo y decidió mover el avispero. Benzema, Özil y Khedira entraron al campo y esta vez sí, les acompañó el resto del equipo. Pero los minutos pasaban y el Real Madrid coleccionaba ocasiones muy claras. Nadie se movía de su asiento, algo estaba por llegar. Liderados por un gran Benzema pasó lo irremediable. De los minutos que llevaron del 68 al 70, el partido se igualó. Khedira e Higuaín devolvían la ilusión a la grada y la realidad al Málaga. Pero todavía quedaba encuadernar el libro. Fue el propio Benzema quien en el 78 culminó un gran pase de Higuaín certificando la remontada.

El Madrid permitió al Málaga disponer de su propia cabalgata en el Bernabéu y recoger, en la primera parte, dos regalos que los Reyes les otorgaron. Sin embargo al final de la noche los niños andaluces cayeron en el pozo de la desilusión. Fue el día en el que descubrieron la verdad sobre los Reyes de Oriente. Los magos ya no existen. El Madrid se los quedó todos.