El MADRID TERMINA EL CURSO CON UN "8"

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REAL MADRID 8   ALMERÍA 1

Un amaranto plantado en un jardín cerca de un rosal, se dirigió a él:

-¡ Qué flor tan encantadora es la rosa, favorita tanto para Dioses como para hombres. Le

envidio su belleza y su perfume!

El rosal le contestó:

- En efecto, querido amaranto, doy flores, ¡pero para una breve temporada! Y si ninguna mano cruel las desprende de mi tallo, aún así fallecerán tempranamente. Pero tú eres inmortal y nunca te decoloras, y siempre te presentas con renovada juventud.

El Madrid, como el amaranto, no tiene nada que envidiar al Barcelona. Porque si bien el equipo culé está de moda, es una moda efímera y pasajera; sus hojas acabaran por desprenderse. El club blanco, inmortal en toda su estampa, ha demostrado que le sobra juventud y calidad para el año que viene poder asaltar definitivamente, el Castillo de Grayskull. Y quien mejor que He Man Ronaldo, el mejor pichichi de todos los tiempos, para liderar la reconquista final.

Ayer Ronaldo alcanzó ante el Almería la histórica cifra de 41 goles para unos, 40 para otros. Gol arriba, gol abajo; lo único cierto es la dificultad de volver a encontrar alguien o algo que, pueda algún día superar tal proeza. Quizás en el futuro, cuando las máquinas dominen al hombre y el hombre deje de ser una máquina. Porque solo cuatro minutos, fueron los que la máquina blanca CR7 necesitó para terminar con el debate del pichichi y de paso, sepultar a Zarra y Hugo. Noche de goles, noche de reivindicaciones. La de Benzema, tan increíble es que lo cuestionen como increíble fue su progresión. El francés tiene tanta calidad como poca garra. Pero es indiscutible que Mourinho ha conseguido que el gato, cuando menos, arañe.

También la tarde trajo el Hat trick de Adebayor. Fueron goles de palomero, pero goles al fin y al cabo. Llego con vitola de polémico y Monolito se ganó al vestuario. Pero su buen rollo y simpatía, creo que no le alcanzan para quedarse en el Madrid. Llorente y Agüero tienen menos guasa, pero más guisa. Y por último, la despedida de Dudek. Nunca nadie recibió tanto con tan poco. Paseillo al checo, el cual apenas jugó diez partidos oficiales. Que le vaya bien, pues.

En fin, el Madrid acabó el curso del 2011 con una nota final de ocho. Al dragón blanco le siguen cortando la cabeza una y otra vez, pero esta siempre vuelve a brotar. Con la manita del Nou Camp resucitó, hasta llegar al nivel que le permitió levantar la Copa ante el Barça. La nueva decapitación en Champions hacía presagiar la definitiva muerte del animal. Pero el monstruo de las mil cabezas volvió a resurgir con las victorias fuera de casa en Sevilla, Valencia y Villareal y el fantástico final liguero. Queda mucho para el próximo curso, pero el dragón ya escupe fuego...