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Cuenta la leyenda que Damokles era cortesano de Dionisio I, El Viejo (siglo IV, AC), tirano de Siracusa, a quien envidiaba por su vida aparentemente afortunada y cómoda. El rey, con el propósito de escarmentarlo, decidió que Damokles lo sustituyera durante un festín, pero para ello dispuso que sobre su cabeza pendiera una afilada espada desnuda suspendida de una crin de caballo. De esta manera, Damokles pudo comprender lo efímero e inestable de la prosperidad y del lujoso modo de vivir del monarca. La frase la espada de Damokles se utiliza desde hace mucho tiempo, para expresar la presencia de un peligro inminente o de una amenaza.

El Real Madrid es como Dionisio I, el Rey al que todos temen y envidian; pero como tal, sujeto a las críticas más feroces. Su reinado siempre se ve envuelto en fuertes disputas en las que nunca faltan rivales para asaltar el trono. El Madrid siempre convivirá con esta amenaza histórica, su espada de Damokles dispuesta a cortarle la cabeza.

3 may 2012

EL MADRID DESPIERTA A CIBELES


foto El País
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En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vio su rostro reflejado en ellas y pensó: -¡Vaya! Este lago debe de pertenecer a este león. Tengo que tener mucho cuidado con él. 
Atemorizado, se alejó de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó al cabo de un rato. Allí estaba otra vez el león. ¿Qué hacer? La sed lo asfixiaba y no había otro lago cercano. Unos minutos después volvió a intentarlo y, al ver al león, abrió sus fauces de forma amenazadora, pero al comprobar que el otro león hacía lo mismo, sintió terror. Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed! Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre huía espantado. Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediera. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas ¡el león había desaparecido!

El Madrid llegó a San Mamés sediento. La travesía en el desierto que le había producido la eliminación de la Champions exigía una pronta reparación de la autoestima blanca. Pero para rematar la Liga y sumar el trigésimo segundo título, se debía vencer al León del Lago. El Madrid se asomó una primera vez al lago y retrocedió. El tempranero penalti fallado por Ronaldo confundió al madridimismo e infundió un miedo tan irreal como efímero. Y fue pasajero porque así lo quiso Higuaín, ¿quien sino? El pipita aparece en Liga siempre que el Madrid lo necesita. El gol del argentino abrió el camino del éxito y ojalá cierre otro; el de su salida. Özil Ronaldo se sumaron a una fiesta que ya se había convertido en imparable. El Madrid recogía una liga que había estado cultivando durante semanas. Justo premio, justo campeón.

Y no perderé el tiempo hablando de la careta que se ha quitado Guardiola dejando palabras suspendidas en el área, insinuando no sé que historias. Pep, ¿no te ibas? Pues hala, arreando que es gerundio. Más adelante podremos analizar todos los records y lo que significa ganar esta liga al que autoproclaman mejor Barça de la historia. Ahora debo irme. Escucho estruendo en la calle. Una marabunta de gente se dirige calle abajo formando una cadena humana interminable. Me uno a ellos. La noche se presenta larga y hay que despertar a una diosa. ¡¡¡¡¡CAMPEONES!!!